Los números difundidos por el Tesoro Nacional el día 29 de abril prenden luces de alarma. El déficit primario del sector público consolidado (Gobierno Federal, Estados y Municipios) puede trepar en 2020 hasta los 600.000 millones de reales (unos 100.000 millones de dólares), un 8% del PBI. El número es casi diez veces superior al déficit registrado en 2019, cuando el rojo se ubicaba en 0,85% del Producto Bruto Interno (61.000 millones de reales).
Según mediciones del Banco Central, en caso de confirmarse, se tratará del peor resultado de toda la serie histórica, iniciada en 2001.
Los números quedarán muy lejos de la meta presupuestada para el corriente año, la cual se ubicaba en un negativo de 125.000 millones de reales. La ley de "Calamidad Pública" aprobada en el congreso le permite al gobierno no cumplir la meta preestablecida, dada la situación pandémica excepcional.
El Secretario del Tesoro Mansueto Almeida sostiene que la explosión del déficit se debe básicamente a incentivos fiscales, transferencias para combatir el desempleo y al financiamiento del sistema de salud. Se espera que para poder financiar el rojo se suceda una aceleración en el endeudamiento público y fuertes ajustes en el período posterior a la pandemia.